miércoles, 20 de febrero de 2013

Escritura creativa:


       La tragedia en Rusia                                                                                        

Érase una vez, el 15 de febrero de 2013, por la mañana, un niño llamado Miroslav se dirigía con su padre llamado Vladimir al colegio y con su madre Irina porque había un función de teatro en la que iban a asistir los padres de los niños.
Entonces, el chiquillo estaba muy nervioso por ver esa función. Cuando llegaron al colegio, Miroslav y los demás niños estaban sentados en el suelo mirando todos perplejos y cantando: -¡Qué empiece ya, que el público se va! ¡Qué empiece ya, que el público se va! y así una y otra vez hasta que salió una marioneta llamada “Caperucita Roja”. Todos los niños gritaron y saltaron de emoción porque estaban muy impacientes por ver si salía algún guiñol en el teatrillo.
Hasta que la profesora de Miroslav les dijo a los niños que se callaran y que prestaran mucha atención al teatro.
Después, empezó a hablar el guiñol de “Caperucita Roja”. Caperucita estaba andando por un campo, iba a la casa de su abuelita a darle comida y leche porque estaba enferma...
Más adelante, vieron a un lobo de guiñol que se quería comer a Caperucita, algunos niños le gritaron a Caperucita para que corriera mientras que otros tiraban la toalla y empezaban a llorar porque se creían que el lobo se iba a comer a la joven.
Cuando los niños estaban atentos al teatro vieron como una luz muy luminosa se alzaba sobre los cristales de las ventanas del colegio. Los niños dejaron de estar embobados al guiñol y fueron corriendo al patio para ver qué era lo que pasaba.
Cuando llegaron allí, vieron como una bola de fuego enorme se iba a estrellar en la ciudad.
Todos los padres de los niños fueron también corriendo para ver qué era lo que pasaba y vieron como se estrellaba el meteorito en Rusia.
El caos se apoderaba de todos y solo podían hacer una cosa: correr a algún lugar seguro para pedir refugio...







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