martes, 5 de febrero de 2013

Lengua. Taller de escritura

Hoy, nuestro profesor nos ha dicho que realicemos una historia sobre este dibujo, la mía es esta:




Autor: Arturo Redondo.

Érase una vez, un domingo por la mañana, Antonio quería ir a la playa porque hacía muchísimo calor. Ellos eran una familia humilde, su padre Andrés, trabajaba como vendedor ambulante y su madre Carmen, de ama de casa.
Como ya os he dicho, Antonio quería ir a la playa, por eso, fueron pero su padre siempre estaba lejos de él. Entonces, decidió ayudarle a vender quisquillas gritando: ¡"Compren las quisquillas de Andrés Valverde, frescas y buenísimas"!
Con el paso del tiempo, vinieron a comprar quisquillas como diez personas aproximadamente, luego veinte, luego cuarenta, luego ochenta, luego cien, hasta que vinieron miles de personas.
Andrés no podía explicarse a sí mismo cómo podía dar un cambio tan radical, de que vendiera antes muy poco y ahora vendiera a miles de personas.
Él creía que era su hijo el que con sus gritos hiciera que viniera mucha gente a comprarle quisquillas.
Unos años más tarde, las quisquillas de Andrés se hicieron famosas gracias a su hijo Antonio.
Las quisquillas se encargaban también a países extranjeros como Estados Unidos o Japón.
Se hicieron tan populares que en su pueblo las llamaban: "Las quisquillas de Andrés Valverde".

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